Nuestro segundo día en Perú comenzaba bastante temprano. A las 6.30 de la mañana nos recogía en el hotel de Huacachina una guagua para llevarnos directamente al muelle de Paracas para hacer en primer lugar la visita a las Islas Ballestas. Para nosotros madrugar no supone un problema, teníamos todavía algo de jetlag y nos despertamos a las cinco de la mañana.
Lo normal, y lo que hace mucha gente es ir primero desde Lima a Paracas que está más cerca, y luego a Huacachina, pero nosotros teníamos un problema, el primer día teníamos que coger una guagua para llegar desde Lima, y si íbamos directamente a Paracas no podíamos hacer excursión ese día, porque llegábamos sobre las 10.30 am y las excursiones a Islas Balletas a esa hora ya han salido todas.
El trayecto dura aproximadamente una hora, entre Huacachina y Paracas. Llegamos al muelle, compramos los tickets y nos pusimos al comienzo de la fila para aprovechar y entrar primero en el barco. Así poder elegir el mejor sitio. Bajo nuestra experiencia el mejor sitio es en el lado izquierdo del barco, para poder ver por nuestro lado el Candelabro y a mitad del barco.
Nuestro guía se llamaba Luis, y era hijo de la persona que regenta la estación de Cruz del Sur de Paracas. Se portó muy bien, y nos sacó algunas fotos juntos en el barco.
Una recomendación, llevar gafas de sol, sombrero o gorra y crema solar, nosotros no lo hicimos y estuvimos varios días con la cara quemada y al llegar a Paracas tuvimos que buscar como locos Aftersun, cosas que pasan cuando vas de mochilero, que todo no cabe.
El trayecto dura aproximadamente unos 20 minutos hasta el Candelabro. En ese trayecto vemos algún barco que según nos comentó el guía extraían minerales de la zona.
Al llegar al Candelabro hacemos una parada de 5 minutos para tomar fotos. Si vas en el lado derecho depende del conductor si gira para que saques buenas fotos o no, por eso mejor estar en el lado izquierdo.
Desde allí a las Islas Ballestas son unos 10 minutos. Y allí empieza el espectáculo de aves y leones marinos. Habíamos visto muchas fotos en internet pero no creíamos que hubieran tantas juntas, es algo impresionante.
Hay unos muelles para que atraquen los barcos, ya que cada siete años van a las islas a recoger el guano que dejan las aves, y según nos comentaron, es de los mejores del mundo. Tener cuidado con las aves que sobrevuelan el barco, porque pueden dejar algún «recado».
Muelle Islas Ballestas |
El barco recorre las islas, haciendo paradas cortas para ver los animales y sacar fotos, pero no se puede bajar del barco en las islas. Depende también un poco del tiempo y de las olas para que el barco se acerque más o menos a la orilla.
Llegamos a ver todo tipo de pájaros, leones marinos y pingüinos, incluso pudimos ver como un león marino se comía a un pelícano, algo impresionante que nos demuestra como es la ley del más fuerte en la naturaleza.
León marino cazando un pelícano |
Tras la visita pasamos por nuestro hotel, el Gran Palma Paracas, donde hicimos el Check-In, dejamos las cosas y salimos para hacer la excursión de la Reserva Natural de Paracas.
Al empezar la excursión paramos en un monumento dedicado a la conquista de Perú por los españoles.
Monumento dedicado a la conquista |
Esta reserva hace millones de años estaba bajo el mar, pero debido al movimiento de las placas tectónicas salió a la superficie dejando restos marinos en el suelo. Nada más entrar en el parque, previo pago de 10 soles, hay una zona donde se pueden ver varios fósiles que hoy día se conservan.
Desde allí visitamos dos playas más, y un acantilado con forma de elefante que por desgracia con el último terremoto se destruyó. Visitamos Playa Yumaque y Playa Roja, una caracterizada por el color negro de su arena por el carbón, y la otra por su arena roja.
Terminamos la visita a la Reserva Natural de Paracas en una playa bastante bonita, con unos seis o siete bares. La excursión te «obligaba» a comer en un bar que ellos te «recomendan», como en todos lados, pactos entre guías y restaurantes.
La comida estuvo bastante bien, como en casi todo el País, pero nos hubiera gustado elegir nosotros el lugar. Ningún bar tenía baños, había unas casetas fuera con dos baños portátiles para todos los bares.
Al terminar de comer salimos a ver el paisaje comiendo un helado, y tras un rato subí a la montaña para sacar algunas fotos y despedir así la reserva y las excursiones por éste día.
Finalmente al llegar al hotel fuimos en busca de un supermercado para comprar un aftersun por el cual nos estafaron de lo lindo, 45 soles, pero era la única opción en el pueblo. Fuimos al paseo que se encuentra junto a la playa, donde hay varios restaurantes y pedimos unas «raspaduras», los helados típicos de allí, que son hielo y algún tipo de sirope que le ponen por arriba, y nos dieron a probar la chicha morada, a nosotros no nos gustó mucho.
Había un pequeño mercado de artesanías y compramos un imán para la colección. Luego volvimos al hotel, pedimos precios para montar en quad, pero entre que Raquel no tenía muchas ganas y que por la hora estaban terminando las excursiones decidimos quedarnos en el hotel y descansar para el siguiente día, a primera hora teníamos una guagua a Nazca.
Playa de ParacasAquí un video de nuestro día allí: |
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